El emprendedor y el riesgo

En los últimos días dos artículos excelentes me han hecho pensar sobre el tema del riesgo y los emprendedores. Uno es de Derek Sivers, al que he descubierto hacer poco y sigo incondicionalmente, otro es de Tim Ferriss, al que ya le seguía la pista desde hacía tiempo.

Ambos hablaban de emprendedores y de riesgo, Richard Branson por un lado y Bill Gates en el otro artículo. El primero contando las ya consabidas constantes apuestas al «todo o nada» de Branson, y como en muchas de ellas salía victorioso justo un segundo antes de caer al abismo. En el segundo artículo se desmontaba el mito de Gates como emprendedor arriesgado, pues si bien son ampliamente conocidos sus saltos al vacío (como cuando vendió a IBM un sistema operativo que no tenía) se habla de que muchos enormes riesgos, que la mitología le atribuye, no lo eran tanto (como dejar Harvard, etc.)

Pero esa no es la cuestión, la cuestión es que el riesgo es algo inherente a la vida del emprendedor.

Nos guste o no cuando iniciamos el viaje de ser emprendedores se acomoda en el asiento del copiloto, no se pone el cinturón (es el riesgo al fin y al cabo) y nos sonríe con el labio torcido diciendo «arranca (qué veras qué risas nos vamos a echar)».

Si somos emprendedores vamos a vivir con el riesgo y la apuesta cada día de nuestra vida, pero en estos años he descubierto algunas cosas sobre el tema que, la verdad, me gustaría que alguien me hubiera dicho cuando empezaba en esto.

La primera de ellas es que sin riesgo no hay ganancia

He conocido muchos emprendedores que empiezan con la mentalidad de querer conseguir todo sin arriesgar nada. Los síntomas externos son diferentes pero la enfermedad de fondo es la misma. Una de las formas más comunes en las que se manifiesta (y por la que yo creo que hemos pasado alguna vez todos en algún momento) es la de no querer «gastar» nada y sin embargo pensar que vamos a conseguir mucho a cambio.

No «gastamos» en Marketing, no «gastamos» en software o herramientas, no «gastamos» demasiado en hacer el producto, no «gastamos» en formación e información sobre cómo hacer las cosas mejor… pero mientras somos peor que el avaro de Dickens en «Cuento de Navidad», pensamos que los demás, los clientes sobre todo, sí se van a comportar de manera totalmente distinta y van a «gastarse» en nosotros.

Mentalidad de baratillo que lleva a resultados de baratillo.

Algunos viven encerrada en ella durante mucho tiempo (un tiempo gris donde los resultados son mediocres casi siempre) pero a los emprendedores sinceros la realidad les saca pronto a patadas de ese sitio. Se dan cuenta de que «gastar» tiene que ir así escrito, con comillas, porque el juego del emprendedor no es un juego de gasto, porque eso no son gastos, sino inversión. Es obvio que si sembramos por 2 euros, la cosecha va a ser proporcional a las semillas.

Sin embargo la aversión al riesgo nos ciega, no susurra que juguemos sobre seguro, que invirtamos lo menos posible no sea que no nos salga bien, que busquemos lo más barato, que no «gastemos» nada…

Cuando uno comprende que para ganar hay que implicarse y arriesgar de manera acorde, lo cierto es que muchas veces pierde, me gustaría decir que las cosas les salen siempre bien a los audaces que lo merecen pero… La vida es así de caprichosa y esto no es un cuento de hadas.

No hay dedos para contar las veces que nos vamos a estrellar cuando nos la juguemos y no hay palabras para consolar lo que escuecen esos momentos.

Pero he aquí lo importante, algunas veces ganaremos, la cuestión es que cuando lo hagamos, con unas pocas veces puede que sea suficiente.

La mayoría de emprendedores tiene muchos más fracasos que éxitos en su haber, empresas que hoy son un ejemplo de éxito y poseen «superventas» mundiales tienen muchas más cosas en su armario que se podrían considerar mediocres.

Apple tiene un montón de cacharros a los que difícilmente puede llamar «éxito de ventas», pero el Iphone y los Ipods solamente lo compensan más que sobradamente. Google sólo tiene un servicio rentable, su publicidad Adwords, pero el resto de cosas son esencialmente un sumidero por donde se les va el dinero que genera Adwords, y de hecho muchas de las cosas que saca no sobreviven mucho tiempo o languidecen sin esperanza de remontar (¿Google Groups como primer ejemplo? ¿Knol?). Nintendo es hoy un éxito con la Wii, pero mejor no recordar los dolorosos días de la GameCube y como Sony casi se la come con la Playstation.

Afortunadamente a veces con acertar unas pocas veces es bastante, ¿acaso no hay unas pocas cosas en su empresa que se venden mucho mejor que la mayoría? ¿O unos pocos clientes verdaderamente buenos que le dan la mayor parte de sus ingresos?

La cuestión es, que la vida no es equilibrada, que quien arriesga tiene más fracasos que éxitos, pero ES QUE ASÍ DEBE SER Y ASÍ FUNCIONAN LAS COSAS NORMALMENTE. La esperanza es que esos pocos éxitos sean suficientes, y que los fracasos necesarios hasta llegar ahí no nos saquen del camino antes de tiempo.

Sigues intentándolo, sigues arriesgando tu ilusión y ves rodar los dados… el riesgo es necesario para conseguir algo, porque la otra opción, la de no apostar nada, la de «no lo intentes demasiado que seguro que no tiene éxito», encierra una trampa mortal que no nos dice…

Si arriesgas, puedes ganar o perder, seguramente perderás de hecho (yo no hice las reglas, sólo las comento), pero la realidad es que si le haces caso «al no atreverte» ya has perdido.

Eso es lo que no nos cuenta.

No nos cuenta que las cosas no funcionan como él dice, nos engaña pensando que obtendremos algo a cambio de nada o casi nada (cosa imposible mientras que vivamos en este mundo) nos señala los ejemplos de quienes caen como aviso de que no lo intentemos, nos intenta consolar diciendo «¿ves lo que le ha pasado?» Nos dice que él nos protege del daño de la caída, cuando en realidad nos va consumiendo por dentro poco a poco, de una manera imperceptible, que en vez de ser un dolor intenso y momentáneo como el de la caída es una especie de leve desazón constante, de «tranquila desesperación» como diría Thoureau, una que nos va consumiendo cada jornada hasta marchitarnos, hasta que te das cuenta de que con esa mentalidad han pasado años y estás en el mismo punto, o algo más atrás, sin haber hecho nada que mereciera realmente la pena, sin haberte atrevido y sin haber atesorado historias de caída y auge. De hecho probablemente no recuerdas nada, sólo un montón de días grises y «seguros», que no se diferencian mucho unos de otros.

Al final, no estás donde querías y, lo que es realmente grave, ni siquiera has intentado llegar de verdad, creyendo la historia mentirosa de que con un pequeño paso adelante y dos atrás (por «seguridad») conseguías avanzar.

Esa aversión enfermiza al riesgo no nos cuenta ese final de la historia, no nos dice que seguir sus consejos es una condena prácticamente irremediable.

Una de sus tácticas más poderosas es hacernos creer que siempre hay tiempo para intentarlo, que siempre está «mañana», o «el año que viene», o cuando «consiga una situación más estable», o cuando pueda «sacar tiempo» y otras frases más falsas que un euro de madera. Y lo sabemos, son falsas aunque nos las repitamos cada día (yo lo he hecho un par de veces hoy para un par de cosas y sé que lo seguiré haciendo, mi meta no es derrotar eso, pero sí al menos aislarlo en un rincón donde no afecte demasiado).

La aversión al riesgo es sana, no voy a crucificarla, porque nos salva de caer por precipios o saltar al fuego, pero nos cuida como esos padres que no ven que para que el hijo aprenda tienen que sacarlo de la burbuja, tiene que caerse y le tiene que doler (porque las personas no aprendemos de otra manera, la verdad), que para hacer músculo es necesario enfrentarse a la resistencia, al conflicto…

Lo otro que tampoco nos dice, y que nos quiere ocultar tanto como puede, es que eso que se llama «seguridad» no existe.

Es un mito, una mentira y una falsedad que nos pasamos buscando una vida entera y resulta que es un cuento, que da igual que seas funcionario y tengas un trabajo de por vida, una familia perfecta y una casa como «Dios manda», puedes ir a tu condena perpetua de trabajo y caerte una maceta en la cabeza, crecerte una enfermedad que siempre pensaste que le ocurría a otros o que alguien empotre su coche con el tuyo aunque vayas por tu carril a la velocidad correcta.

La realidad es que la incertidumbre es lo único que hay.

Un buen emprendedor lo sabe, lo conoce, lo afronta y convive con ello, en vez de intentar darle la espalda, diciendo que no puede ser, pensando que si no le dedicas atención no existe. No hay fortaleza en la que no pueda entrar.

Sé que muchos de los que están leyendo esto saben que la seguridad no existe, lo descubrieron cuando se metieron en esta faena a la que poca gente se atreve, y elevan las cejas condescendientes cuando sale la típica conversación sobre que lo que hay que hacer es buscar un trabajo fijo, hacerse funcionario, invertir en no sé qué historia que es «segura 100%» buscando ese grial de mentira.

También sé que el emprendedor de verdad no es un imprudente que corre al barranco con una venda. Ser emprendedor es vivir en el filo, como todo el mundo hace, sólo que él lo hace consciente de por donde camina y con la intención de que ya que las cosas son así, al menos él quiere llegar a alguna parte, en vez de centrarse en no caer o en negar por donde pisa.

Por eso sé que nadie va a interpretar esto como convertirse en un loco que tomará todos los riesgos del mundo creyendo que la providencia va a rescatarle en el último segundo como en las películas. En el mundo real el séptimo de caballería no acude en el último momento, ondeando la bandera y tocando a carga. Casi siempre te caes, te duele, aprietas los dientes, maldices… y te levantas.

Porque sabes que no hay más remedio que seguir intentándolo.

¿Riesgo y emprendedores? Van de la mano, qué remedio, hay días que no estás para subir a la montaña rusa, porque te duele la cabeza, no has dormido y tienes un humor de perros, pero sabes que no hay otro remedio ¿qué vas a hacer? Pones un pie delante de otro y caminas, la incertidumbre te da los buenos días y pasea a tu lado como siempre y al final, por prudente que se sea (y yo recomiendo la prudencia) no puedes librarte de tirar los dados, así que mejor aprender a amarlo.

Y también sé que da miedo, mucho miedo, si no lo tienes y no lo sientes removerse inquieto en lo más hondo de las tripas, entonces es que no sabes donde vas ni lo que estás haciendo. Pero ¿qué puedes hacer? solamente seguir caminando, y no porque seas un héroe, sólo eres una personal normal, que resulta que en el fondo no es nada más que un pragmático, uno que sabe que cualquier otra alternativa es haber perdido ya, sin ni siquiera haber jugado, así que para eso, mejor intentarlo al menos.

13 comentarios en “El emprendedor y el riesgo”

  1. Lo cierto es que mis últimos comentarios han sido siempre de queja, pero es cierto, si me levanto por la mañana es por la esperanza de conseguir faena. Aunque todo vaya mal, seguimos, por que quién va a seguir si no.

  2. El cambio es lo único constante en la vida.
    Cambiar a cada momento y diferenciarnos de los demás es lo que finalmente nos hará ser únicos.

    Pero para cambiar hay que tomar riesgos realaes y no sólo soñarlo.

  3. Isaac, antes que nada más que felicitarte debo agradecer tu elocuencia y sinceridad al escribir, percibo que lo haces desde las «tripas», apropiándome de un termino que usas. A medida que avanzaba con la lectura del artículo, me fue inundando una sensación de resignación… por qué? asumo que tus palabras han transmitido lo que sentías al momento de escribirlas. Pero, me niego rotundamente a asumir el riesgo porque «no queda otra», opto por usar la adrenalina que genera como el combustible que impulsa mi energía para «crear», como la fuente de un estado superior que solo motive sacar lo mejor de mí. Pienso que hasta las fuerzas negativas que llevamos dentro debemos usarlas en favor a conseguir nuestras metas. No puedo decir si es correcto o no, solo que es mi decisión!!!!. Un gran abrazo y adelante!!!

    1. Hola a todos y muchas gracias por los amables comentarios.

      No percibo el riesgo como negativo, al contrario, y ese es un importante cambio de mentalidad respecto a la manera habitual que hay de verlo, de hecho es como bien dices Reinaldo un catalizador de energía, muchas veces, hasta que no sientes el riesgo y la incertidumbre, no das ese paso necesario que, en cualquier otra situación, no acabaríamos dando seguramente.

      Como bien apuntaba Carlos el cambio (la incertidumbre, el riesgo, el no saber lo que ocurrirá) es lo único que hay, por eso hablo de que la búsqueda de la seguridad es probablemente el gran inconveniente real, el que nos impide hacer de verdad lo que queremos hacer.

      Y Patty, no te preocupes, no tienes más que escribir si cambias de dirección y se modifica.

      Buen fin de semana a todos.

      Isaac

  4. Isaac, excelente trabajo el que vienes haciendo. Le levantas el animo a más de uno para continuar luchando, es totalmente cierto lo que dices, sin marketing ni riesgos no hay siembra que recoger, yo pensaba que no vendia mi servicio porque a los potenciales clientes no les interesaba y resulta ser que no vendia es porque no conocian lo que realmente ofrecia. Me ha servido mucho tus experiencias y herramientas.

    Un fuerte abrazo desde Venezuela

  5. konrad radhomes granados mena

    isacc un saludo a la distancia y quiero felicitate porque todo lo que as escrito para mi es de mucha importancia y lo he podido utilisar en mi negocio y tambien en empresas donde he laborado espero que sigas adelante y me tomes encuenta mandando todo tipo de consejeria y de marketing gracias

  6. Vaya, vaya…me da la sensación que has sufrido un patinazo como emprendedor…y claro está, estas dispuesto a seguir. ( desde mi punto de vista ).

    Hola a todos.
    Isaac, supongo que sabes que suelo escribir algún que otro comentario y leo mucho tus artículos.
    Y este me parece muy interesante y algo que deberíamos de manejar todos los «buenos emprendedores».

    A veces me veo «raro» frente a otros emprendedores, y todo por este tema » el arriesgo ó no arriesgo «.

    Cuando inicié esta actividad me fuí a pedir asesoramiento a personal que supuestamente cree saber si un negocio es viable ó no en esta localidad, y cuando me dió su opinion le de dí las gracias, me di la vuelta y no podía parar de reirme.
    Despues de esto empecé mi actividad, con la incertidumbre de sí ó no.

    Ahora despues de estos años me he dado cuenta que no me equivoqué al arriesgarme, claro eso no quita que no haya tenido ningún fracaso en tantas veces que me he arriesgado invirtiendo en uno ó varios productos que creía que lo vendería como churros, y despues me lo he tenido que comer con «papas».

    Pero es que eso es lo normal en nuestra vida a diario, si no nos arriesgamo, si no invertimos, si no reaccionamos, si no nos preocupamos por lo que nos da de comer..¿ se habeis puesto realmente a pensar para que sómos emprendedores?.

    Una cosa es muy cierta, y es que arriesgar poco es conseguir poco, y con esto no me refiero a invertir sólo dinero, para mi cuando hablo de riesgo e inversión me refiero a muchas otras cosas, porsupuesto al dinero, pero también al tiempo que dedicamos a diario, a la ilusión con la que nos levantamos todos los días, a con qué alegría vamos a cerrar las puertas cuando terminemos la jornada…para mí cuando arriesgo algo o invierto en algo, pienso en todo eso.

    Otra cosa es que ( y creo que le ha pasado amuchos ), esperar mucho de lo que apenas no vale nada, ya se sabe el resultado final «NADA».
    A veces han llegado mis proveedores a ofrecerme productos cuatro veces más barato de lo normal, y mi respuesta ha sido clara y contundente, » ni regalado lo quiero, porque por muy barato que me lo vendas, si yo no lo vendo para mí eso es caro «.

    Y por último el arriesgar e invertir, el levantarse a diario donde poner ese poquito dinero para duplicarlo, se llega a convertir un hábito a diario y muy saludable, siempre y cuando sepamos más o menos por donde van los tiros.

    Y termino con mi regla número uno.
    Sólo se recoge si se siembra ( aunque vengan malas cosechas).

  7. ¿Cómo que no somos héroes?, que yo sepa, el héroe es el que realiza un esfuerzo sobrehumano para conseguir un fín «justo» (o sea, un emprendedor).
    Un profesor de filosofía del instituto nos decía que las grandes decisiones había que tomarlas pensando en el momento de nuestra muerte, así que un funcionario pensaría «he tenido un montón de tiempo libre, vacaciones, seguridad…» mientras que nosotros, en el último suspiro nos vendrá a la mente «conseguí tal cosa, metí la pata en aquella otra, aprendí, conocí, luché, lloré, VIVÍ» personalmente, prefiero la segunda opción, es mucho más parecida a la vida natural y por lo menos tienes la sensación de haber aprovechado el rato que pasamos por aquí para experimentar a fondo, no para ir rodando desde que naces hasta que mueres.

    Enhorabuena por todos los aportes, Isaac. Y ánimo a todos los demás.

  8. Dagoberto Julio Rojas Alvarez

    Los comentarios que he leido han reforzado mas mis convicciones como emprendedor, cuanto cierto hay en que el camino es bastante solo, con la informacion que Ud. entrega ayuda aclarar dudas; a visualizar mejor las metas.

    Por lo que he leido en los comentarios a todos los EMPRENDEDORES, no importa el lugar donde se desarrolle, el tipo de economia que tenga pasa los mismo temores, los mismos miedos e incertidumbre en el actuar diario de su actividad.

    Un saludo cordial a todos y fuerzas para enfrentar el futuro de la mejor manera.

  9. Gran comentario el de todos, mil gracias por mostrar su sensibilidad. Tenía una idea errónea, pensaba que solamente yo estaba con esta incertidumbre. Pero cómo dicen es más valiente emprender que quedarse cruzada de manos y no enfrentar los altibajos. Un abrazo a todos. ☺

  10. Hola … estoy realizando un trabajo de la gestion emprendedora en mi Universidad, y me han dejado de investigar «Cuales son los riesgos de un emprendedor» y esta viendo este buenisimo material .. pero me queda un poco de duda si este articulo me podria ayudar o no y si tiene uno mejor, que explique mejor cuales son los riesgos.

  11. Excelente material, y vaya que si hace revolver todo los cables de la mente entre tus ideas y el escrito para sacar tus propias concluision y dar la razon al que razon merece.,. y si en algun momento de la vida,,, cometemos errores de los cuales gracias a ello el ser humano ha logrado un gran avance…. bueno no me considero un gran emprendedor ya que apenas comienzo pero algo si se es que LOS PROBLEMAS PARA UN BUEN EMPRENDEDOR NO SON MAS LAS MEJORES OPORTUNIDADES DE APRENDER Y CRECER MEJOR DIA CON DIA…

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