La técnica, demostrada, que sirve para aumentar el rendimiento y el éxito en la meta que nos propongamos

Quizá le sorprenda saber que la visualización y el fantaseo con nuestros mejores deseos, una técnica que suele ser recomendada a menudo por la autoayuda, no sólo no funciona, sino que el desempeño probado en los estudios, por las personas que lo usaban, era peor que los que no usaban la técnica o incluso los que pensaban negativamente sobre el futuro.

Pensar positivamente suena bien, pero hecho de ciertas formas, para ciertas cosas, no funciona y, lo que es peor, puede ser contraproducente. De hecho, incluso el padre de la psicología positiva, Martin Seligman, reconoce que, para las cosas importantes y los planes complejos, es mejor adoptar una posición de «pesimismo estratégico». Una técnica que conecta con la ya explicada «antifragilidad» y la necesidad de, para todo lo importante y complejo, planificar de antemano qué puede salir mal y estar preparados para ello.

La cuestión es que hay otra técnica que permite coger lo mejor de los dos mundos, una técnica demostrada, a la hora de alcanzar metas, que se ha visto efectiva para:

  • En caso de trabajadores, los que la empleaban delegaban más efectivamente, mejoraban sus habilidades de gestión y se comprometían en más actividades.
  • En caso de relaciones personales, aquellos que querían mejorarlas y usaban la técnica, tuvieron más éxito que los que no.
  • Como curiosidad, en caso de relaciones románticas, los que la usaban también tenían más éxito a la hora de planear esa cita y que saliera bien.

Sistemáticamente, esta técnica que vamos a ver superaba a pensar positivamente, a no hacer nada y a pensar negativamente sobre lo que podía saber mal. Vamos a verla, porque la podremos aplicar a multitud de ámbitos.

La técnica cuyo nombre proviene de una famosa novela

En la obra maestra de la literatura 1984 de George Orwell, se introduce un concepto llamado doblepensamiento, que en la trama utiliza el gobierno totalitario para controlar a su gente.

Sin embargo, la misma idea, tal y como demostró Gabriele Oettingen de la Universidad de Pensilvania con todos esos resultados que hemos nombrado, se puede usar de manera más productiva para obtener las ventajas que hemos visto. El doblepensamiento, en la novela, se describía como mantener simultáneamente dos pensamientos contrarios en la mente, y refleja bien cómo se emplea la técnica en la práctica.

Cómo usar esto en el día a día

La técnica por pasos es la siguiente:

  1. Se pregunta a la persona qué quiere conseguir o hacer.
  2. Se le pide que fantasee durante unos momentos sobre eso que desea y que anote los dos beneficios principales que obtendría si lo consiguiera.
  3. Después se le pide que piense sobre los obstáculos principales que se encontraría si intenta conseguir lo que desea, anotando de nuevo los dos más importantes.
  4. Ahora viene el doblepensamiento, donde se pide que piensen, de una manera más intensa y práctica sobre los principales beneficios y escollos anotados.
  5. Primero se elabora más a fondo sobre el primer beneficio y cómo mejoraría la vida. Se coge papel y lápiz y se escribe sobre ello.
  6. Justo a continuación se pide concentración sobre el principal escollo y qué haría la persona en caso de encontrarse con él.
  7. Después se repite el pensamiento más a fondo sobre el segundo beneficio principal.
  8. Por último se repite con el segundo escollo un pensamiento más a fondo sobre él y lo que se haría en caso de encontrárselo de verdad.

Y ésta es la sencilla técnica, sólo necesitamos un folio, algo para escribir en él y apartar unos minutos para pensar de verdad, sin interrupciones.

La verdad sobre la visualización para que funcione

Como vemos, para que funcione de veras el doblepensamiento, la clave está en pensar sobre lo positivo y lo negativo. Mucha gente huye de lo segundo, cree que por alguna especie de ley inexistente e infantil, pensar sobre lo negativo lo «atrae«. Eso no sucede, ni con lo positivo ni con lo negativo.

Lo único que nos lleva un poco más cerca de lo que queremos es hacer, lo que ocurre es que la motivación mental sí puede ayudarnos a ese hacer. Pero pensar sólo no funciona, al fin y al cabo esto es el mundo real.

El otro uso correcto de la visualización para mejorar

El otro uso que se ha demostrado de la visualización, tiene que ver con cómo la usan los deportistas de élite y que enlaza con lo que ya vimos acerca de su secreto para un rendimiento superior.

En este caso, no fantaseamos con el resultado positivo de las cosas como en la técnica, sino que se visualiza el proceso y a la persona realizando el proceso de manera impecable. Por ejemplo, un jugador de baloncesto no visualizaría un podium y el confeti y el trofeo que desea ganar como si ya fuera suyo, se visualiza realizando los pases, los tiros y los movimientos de la mejor manera que sabe.

Es decir, se centran durante la visualización (igual que en aquel secreto) en el proceso y no en el resultado final. Esa es la manera en que psicólogos deportivos la enseñan y en la que se ha demostrado que funciona.

De veras, aplique esta técnica, es sencilla, rápida y efectiva en el mundo real.

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